Descripción

Os voy a hacer una confesión: los grandes maestros que han aparecido en mi vida siempre han sido esos maravillosos ancianos que siempre estaban dispuestos a contarme sus historias de superación, para que, de ellas, sacara los aprendizajes del juego de la vida. Yo los llamo mis grandes sabios, ellos me enseñaron a una edad muy temprana, que todos tenemos luces y sombras, que detrás de cada experiencia aparentemente negativa, siempre hay luz, sólo que para encontrarla debes estar dispuesto a destaparla y para ello tienes que despertar a tu gigante interior.

También me enseñaron que la felicidad es una actitud y cuando la integras en tu vida te haces imparable. Me enseñaron que nunca me rindiera, que el fracaso no existe excepto en tu mente, que si te caes mil veces, te levantas mil una, y te aseguro que conseguirás el éxito.

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